1980.... La ciudad era distinta, el país también, y vivíamos disfrutando todo lo mas o menos necesario. Las escuelas públicas, eran eso públicas. Se mezclaban la hija del abogado, con el hijo del carpintero, el hijo del dentista con el plomero. Era muy surtida la fauna, me entendés ? Había pocas escuelas privadas ,las monjas ,los curas y nada más. Existía un verdadero respeto por las autoridades, por ej. la directora de la primaria era Rosita Amaya, le decían "Rosita" y te imaginás los años que tenia en la Normal. Pero no volaba una mosca, se asomaba en los recreos en esos patios de baldosas uniformes entrañables y se detenía hasta el tiempo.
Las maestras sobresalían entre los guardapolvos y delantales de los alumnos, existía el “Permiso, ¿puedo pasar?”, el “gracias”, el hasta luego , el buen día o buenas tardes y esto se mantenía durante todo el tiempo inclusive fuera de la escuela por que casi todos éramos de la comunidad.
Te cuento un detalle, antes de entrar venía el chocolatinero, qué te parece !!, era un hombre con un canasto rectangular en una bicicleta y se ponía metros antes de la entrada principal, la del medio, y hacíamos fila para comprar algo: las Manon: 4 galletitas dulces en paquetito, mas algún juguito para el vasito de plástico retráctil que abría y cerraba ,o paquetito de figuritas para los recreos.
Te recuerdo que no había celulares, ni fotolog, ni facebook, apenas la imaginación para jugar. Había un teléfono de línea uno o dos por cuadra, donde se informaba a los vecinos de nacimientos o muertes.(Avisale a la Tia Pochi que murió Robertito y uno iba casi corriendo, claro Robertito tenia 95 años y murió de viejo).
Parte de nuestras vidas se pasaron en ese mundo y así era la escuela, nuestro mundo, escuela y no colegio. Yo amé a la Normal le di todo lo que pude, desde los actos hasta el deporte, en las carrozas o en la vida. Amé esos pasillos enormes y galerías con olor a desinfectante.
Claro, también te recuerdo que una sobrina se recibió el año pasado. Y eso me pone más orgulloso, y si viviera en Concordia mi hija iría a la Normal porque esa es la identidad, es aquello que vivimos , que recordamos , que sufrimos o que reímos , pero que siempre es nuestro, que nadie nos va a quitar y si volviera a nacer elegiría la misma escuela con su salón de actos y su piano vertical con la profesora Guidobono y ese himno que con orgullo sonaba medio desafinado, medio en sonrisas cómplices con algún corazón que te gustaba.
Probablemente te aburra igual, te voy a seguir contando cosas si me lo permitís, te envío un beso enorme y cuidate.
Narrativa escrita por Horacio Scarinci (promo 80 Normal) en Setiembre de 2009 para la página:
Fotos: Grupo Facebook Promo 80 (administradora Sonia Tosto)
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