1977. “¿Que será eso?” se preguntará el lector que no formó parte de “victorines”, Para nosotros, la Promo 78, fue el momento más rutilante de nuestra etapa de estudiantes secundarios en Concordia. Hoy, tantos años después, aún se sigue hablando de esta carroza humorística que trascendió más allá de una escuela, nuestra escuela, y pasó a ser de todos. Diría sin temor a equivocarme, de casi de toda la ciudad. Y no exagero en lo más mínimo.
Todo comenzó, como siempre, con una idea. Cuando estábamos en 4º año. En nuestro caso, la idea fue de dos compañeros, pero inmediatamente prendió en todos. Queríamos hacer algo distinto a lo normal, a lo que siempre se hacía que era imitar a alguien (generalmente a Mirta Legrand y su mesa).
Se nos ocurrió ejecutar un fragmento de la obra El lago de los Cisnes del Cascanueces de Tchaikovski, que al ser adaptado para nosotros pasó a llamarse "El Lago de los Gansos", más acorde con las "bailarinas" que actuarían en él.
Rápidamente comenzaron los ensayos en la casa de uno de nosotros. Nos enseñaba un compañero que tomaba clases con la profesora Teresita Miñones.
El "Comercial School Ballet" estaba compuesto por un presentador, dos despampanantes vedetes, un barman, doce bailarinas, una reina, un rey, un rey malo y dos pasistas que iban al frente con el estandarte, indicando los lugares donde se bailaba. En principio hicimos un baile por cuadra: Luego del primer día, fue tal la presión del público, que lo llevamos a tres por cuadra.
A esta altura, debo decir que jamás pensamos que pudiéramos tener tanto éxito. El Lago de los gansos realmente resultó una gran sorpresa y se notaba cada vez que salíamos a bailar.
El presentador pedía silencio porque “cualquier ruido puede afectar a las bailarinas...". Tras eso aparecía la imponente figura del más grande de todos, enorme, vestido para la ocasión, tutú blanco y camisetilla con plumas previamente "donadas" por el mismo tío en cuyo galpón trabajamos durante casi un mes. Por último, aparecía el más flaco y chiquito. La camiseta le quedaba grande, como a todos, en realidad. No era una indumentaria que usáramos cotidianamente, sino que se la habíamos sacado a nuestros padres.
Para el primer desfile nos ubicamos en el medio de toda la línea de carrozas. Fue tal el lío que armamos, más la gente que nos seguía, que los organizadores nos pidieron que pasáramos al final de la fila para que se pudiera terminar el desfile sin que la gente se vaya. Parece exagerado y ególatra, pero es la pura verdad. Los lectores “victorines” (es decir los que fueron alumnos de la Escuela de Comercio) seguramente me creerán.
Así fue todas las noches, hasta el último desfile.
Obviamente, ganamos el primer premio y también las felicitaciones del gran Dacha, (Dachary, el director de la escuela) que se transformó en un ferviente admirador y seguía la carroza en todo su trayecto. Algo que nadie podría haber imaginado jamás.
Luego, en octubre, llevamos el Lago de los gansos a la ciudad de Curuzú Cuatiá, Corrientes, sede de la estudiantina provincial y cosechamos dos premios importantes. El primero fue la carroza, a pesar de que el primer día salimos sin música y la gente habrá pensado “¿de donde salieron estos locos?”. Después supieron bien de que se trataba y nos aplaudieron a rabiar, aún siendo los organizadores y por ende, más localistas que lo habitual.
El segundo logro de ese año fue que salimos campeones del torneo de vóley, con un equipo rejuntado que no sé de donde apareció, pero campeones al fin.
En síntesis, fue una época dorada. Pasó hace mucho tiempo desde aquel Lago de los gansos de 1977, pero aún se recuerda, sobre todo por haber hecho algo distinto, mostrando, al mismo tiempo, cultura, humor, aunque no parezca, destreza y, sin dudas, un deseo de disfrutar la mejor etapa de la vida…
¡la escuela secundaria!
Promo 1978 Esc. Comercio 1
Concordia (E.R.)
La remake para los 25 años de la promo 78, año 2003
Fuente: album de facebook "gente amiga que escribe" de Marta Muller, con autorización a publicar de los chicos de la promo 78